Hay palabras bonitas, palabras inútiles y palabras que hacen daño. Hay una palabra para cada persona y una palabra que reduce a millones de ellas. Hay palabras para un discurso, palabras de amor, de odio o sencillamente solo un puñado de palabras sin sentido. Pero una sola no tiene ninguna fuerza, la fuerza se la da el conjunto de ellas que ayudan a formar una frase. Probablemente sean la mayor arma, más mortífera que una bomba atómica. Una palabra dicha con maldad recorre cada tramo de tu cuerpo arañando tus oídos y bloqueando las tuyas, te mata poco a poco y solo durante milésimas de segundo. Pero no subestiméis el poder de las palabras de paz, de amor que todas pronunciamos alguna vez. Gandhi cambió el mundo con solo palabras y lo recordaran más que a cualquier soldado. ¿Sabéis por qué era tan sorprendente el movimiento del 15-M? por qué no empleaban otra cosa que la voz, la voz de los ideales, miles de personas protestando por una sola palabra, democracia. Hoy en día pensamos antes en usar un misil que viajar diez mil kilómetros y salvar millones de vidas con solo una charla. La palabra es la capacidad de expresar el pensamiento por medio del lenguaje articulado y la mitad de las personas ni siquieran saben de su importancia. Pero aunque lo supiéramos nunca llegaríamos a descubrir toda su fuerza si no llegamos sentirla.
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