Aproveché una migración de pájaros silvestres para evadirme.

lunes, 1 de octubre de 2012

Adios Mudo, te quedaste sin palabras.

Tras pasar casi tres años con este Blog he decidido dejar de escribir en él. Aunque no lo parezca el tiempo también pasa para las palabras, los nombres, y desgraciadamente, para las personas. Este pequeño rinconcito donde he compartido mis días de tristeza, alegría, confusión...Donde he plasmado mis amores, desamores, miedos, nostalgias y melancolías en todas las estaciones; me ata. Me encadena, quizás, a miedos y recuerdos que ya es hora de abandonar, empezando un nuevo capítulo de mi vida con nuevos temores y metas. Por último decirte a ti lector, a ti que te he decepcionado, sorprendido o agradado, darte las gracias por darle forma a mis letras. Sin más demora dejo a un lado este hogar para mudarme a otro, buscadme entre Marea, Extremo, Sínkope, Sabina... buscadme entre las voces rotas.
-Y a ti, que leiste hasta detrás de mis palabras, me escuchaste y me animaste a no tirar la toalla, que me has dado unn nuevo nombre y nuevos miedos solo recordare una menudencia: Te Quiero.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Si le pudiera hacer el amor a cada lágrima...



 No sé si es por el aire triste que trae a rastras el otoño o por el insoportable grito del caer de las hojas. Pero la nostalgia azota los cristales de mi ventana y da zancadas hasta meterse en mi ser. Sin piedad ni anhelo, ha tomado la cordura transformándola en melancolía. Esa melancolía que se pierde entre canciones de Serrat y las pinceladas del sol sobre las nubes. Y todo acompañado del frío que te cala los huesos, no puedes evitar pensar en una cama. Ese reino de sabanas y blancura donde, entre mis pechos y tus manos, se escondía la magia del tacto. El movimiento rítmico, el ardor de la lengua en tu piel que enciende el cosquilleo y el temblor de tus piernas; dos almas inútiles en el mundo, lo unen a la vez que nuestro cuerpo sin más importancia. No me acobardo ante esos recuerdos, ni ante aquel hormigueo, pero mentiría si negara que una parte de mi ser se estremece cuando vuelve a oír los gemidos y la fuerte respiración. Pero lo que me ha traído consigo esta tarde de otoño, es el anhelo de esos ojos que calentaban más que cualquier contacto erótico con mi cuerpo. Y sin más demora me encierro en mi minúscula cama, dispuesta a hacer el amor con la soledad para matar tu gélida ausencia.

domingo, 16 de septiembre de 2012

un punto y final.

Joder, odio las palabras, los comienzos, los finales ¡Odio darle a cada sentimiento un nombre! Que os follen a todos, a Becker, Neruda y a Miguel Hernandez. No tengo el don de las palabras, no encuentro el olor de aquellas flores que envolvían a los poetas. Estoy harta de no encontrar el adjetivo, las palabras exactas. Se acabó.
A la mierda las palabras inútiles como lienzos desflorados. A la mierda escribir para alimentar sueños. A la mierda. Tengo cosas mejores que decir.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Fóllame

Nunca admitiré que estoy loca por hacerte el amor. Estaría loca si lo dijera, mientras me quede un mínimo de cordura en el cuerpo no soñaré con tu boca derretida en mi beso mientras exploras el placer de mi nombre. Nunca.
Pero, estoy loca por hacerte el amor.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Blues del sueño.

No tengo adjetivos con los que poder describir aquel momento, aquella calma, aquel gesto de paz absoluta. Su respiración rítmica y sus bonitos ojos cerrados. Y tan solo extender el brazo unos centímetros podía tocarlo, y así espantar todas las pesadillas que me atormentaban y poder velar, durante segundos, su plácido sueño. Las sábanas se movían a compás de su respiración, como si bailara un tango con el aire que entraba dentro de su cuerpo. Su espalda, iluminada por la tenue luz que entraba por la ventana, me indicaba la explosión de sensaciones al rozarlo con las yemas de los dedos. Como si fuese de cera quería derretirme en su fuego, y fundirte a escasos centímetros de su boca acompañada de la paz del momento. Como un blues era el sueño, y quedé maravillada en apenas unos minutos. Envidiosa de su dulce letargo, cerré los ojos para dormir sumida en la melodía de su respiración.