Ese olor que le resultaba tan familiar, ese nerviosismo que le provocaba al ver que había recibido un mensaje a través de una pantalla, volvió. El sabor amargo del fracaso recorría sus papilas gustativas, sabía que todo sería una desilusión, pero pese a los años pasados, pese a todo lo que había llovido desde entonces, le quería. Había llorado, reído y cambiado por él, pero fue su primer amor, su primera vez. Solo es una menudencia, pensaba pegada a la pantalla del ordenador, pero no obstante el corazón le latía a una velocidad irreducible, creía que en cualquier momento le estallaría el pecho. Sus manos temblaban, volvió una ilusión, habían pasado tantos otros por su vida, pero ninguno como aquel, era el único que le había hecho amar las palabras. Y el silencio se apoderó de la sala. Fracaso o victoria. Mandó su últimas palabras en aquel breve correo "es el único que me a echo amar". Hiperventilaba, casi lloraba, le temblaban las piernas y no le salía la voz. Recordó toda aquella historia, todas esas aventuras en aquel mundo donde solo ellos podían entrar. Una pestaña del ordenador saltó, tenía un mensaje nuevo. Le sabía a fracaso, pero confiaba en la victoria. Lo abrió y leyó "Es tuyo, si de verdad lo quieres tanto te lo regalo, quizás por fuera parezca duro y serio pero por dentro está lleno de amor y serenidad"
Lo sabía, ya había leido antes aquel libro.
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