Mientras exprimía
limones recibí su mensaje. Mentiría si dijera que espera una respuesta al
mensaje que yo le había mandado previamente. Al leerlo, me llevé la mano a los
ojos y lloré, y no era precisamente del picor de los limones. Una parte de mi
creció, y comprendió que aquel simple texto en la pantalla del móvil estaba
impregnado de una persona con nostalgia de su pasado pero que trabajaba para un
futuro. Esa persona, que siempre me sirvió de inspiración, me dijo "sigue
tu propio camino". Pues bien usaré toda esa inspiración que me regalaste
para dedicarte un pequeño hueco aquí y uno aún más grande en mi corazón, para
así poder seguir mi camino.
Desde pequeña Lola fue
diferente, prefería un buen paseo con mi hermano por el campo que jugar a las
muñecas junto a todas las primas. Amaba la play station, daba igual que juego,
se emocionaba con todos. La imagen que tengo de ella a esa edad no es más que
el reflejo de una foto que tenía mi abuela en su mesilla, una niña con el pelo
corto, cara enfurruñada y con una toalla que secaba su cuerpecito mojado.
Lo más sorprendente de
ella era su rebeldía, me resultaba tan curiosa, éramos una familia muy unida,
para nada tradicionalista, pero muy testaruda y solo la opinión adulta era la
que importaba. Lola se revelaba, le daba igual con quien o donde estuviera, su
opinión salía de su boca firme y fuerte. Era imposible no sentir como te
taladraba el alma. Además me encantaba en parte la frialdad con la que lo veía
todo, recuerdo que cuando yo tenía trece años me dijo: "Martina no confíes
en los tíos, que por meter la polla la meten hasta en un tubo oxidao"
Puede parecer unas palabras con excesiva dureza, frías y algo vulgares, pero es
una primera impresión equívoca, estaban repletas de dulzura. Y me sirvieron,
pues que te digan eso con trece años empiezas a amar unos valores, que tus
amigas ansiosas de un chico malo, no ven.
Pero sin duda mi
recuerdo preferido fue cuando acabó la selectividad, y se hizo una cresta. Yo
nunca había conocido a una mujer con cresta, y cuando la vi me encantó.
Circulaban los comentarios por la familia "Estabas más guapa con el pelo
largo" "te vas a arrepentir" pero realmente lo que quería decir
es "Has tenido más valor y personalidad que todos nosotros" La
reacción que provocó en mi fue verla como una heroína. Con dieciochos años,
donde te importa más la opinión de los demás a la tuya misma, viviendo en un
pueblucho donde todos te juzgan rompió con todas las barreras. Comprendí
que había un mundo diferente fuera de aquella plaza y aquel colegio donde iba
todos los días y veía a las mismas personas. Pero ante todo tengo que
agradecerle el regalo que fue tenerla en mi vida, y gracias a él comprendí que pueden pasar los años sin que
destruyan tu imaginación, tu esencia, tus ideales, tu diversidad... Y os aseguro que me dio el
mayor regalo que se le puede dar a una a alguien: Ser una persona.
Gracias, por hacerme
crecer, por ayudarme a ser persona.
-Dedicado,
evidentemente, a Lola que forma parte de mi propio camino.
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