Aproveché una migración de pájaros silvestres para evadirme.

martes, 5 de julio de 2011

juego de personas

Cuando somos pequeños jugamos con muñecos, los vestimos, los peinamos y los cuidamos. Pero cuando los juguetes quedan guardados en un baúl y la infancia atrás, nuestros juguetes son las personas, las acariciamos, le palpamos cada tramo de su cuerpo, vacilamos con su olor y hacemos uso de palabras y movimientos determinados. Y al fin y al cabo, duele. Quizás confundamos el amor con la pasión, y lo físico con lo sentimental, pero cuando juegan contigo te da igual, al menos mientras te puedan usar. Es como el carrete de una cámara de fotos, cuando acaban sus números de disparos solo quedaran los recuerdos mezclados con un millón más. Son dos individuos con diferentes objetivos pero con la fuerza común del deseo, dos individuos: el jugador y el juguete. Y como se dice en el amor siempre pierde el que quiere más. Y  cuando ya no tienes más utilidad, te tiran y nada tiene sentido, crees que a valido la pena perder, pero poco a poco el miedo se combierte en melancolía, tu orgullo araña las paredes de tu amor, mientras este se pudre en la peor de las miserias, la miseria humana. Las personas somos objetos, esclavos de la lujuria, pero sabes que no te importa por que siempre esta la esperanza de la ultima foto, de ese manoseado carrete que termina quemándose por otro nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario