Todos tenemos a alguien que nos escuche, un amigo, un hermano, tu pareja, tus padres. Pero yo a ella la recuerdo como la persona que solo le escuchaba el silencio, sus ojos avellana clavados en la nada. Tantos años vividos con ímpetu, con olor a tierra mojada, a lágrimas y risas, de ver como el mundo poco a poco se desintegra y sin darnos cuenta nos alegramos de ello. Camina con la cabeza gacha, todas las mañanas son iguales pero cada vez con menos aire que respirar, ya no estrena una sonrisa al asomarse por la ventana, ya la esperanza quedo enterrada bajo toneladas de mentiras y palabras de un necio. Siempre camina sola, los hombres la miran y no la entiende. Quedó muda de intentar luchar, de gritar por la justicia para solo ahogarse con su propia carga, para que nadie la recordara, tanto tiempo gritado en gritos sordos...
Ya no puede vivir y esta muriendo sin poder morir. Ya solo le habla a una hoja en blanco y un bote de tinta donde escribe siempre la misma frase.
"tantos años gritando en silencio, que incluso este se quedó sordo"
Pero todos callamos algo desde el más fuerte de los gritos hasta el total silencio de un mudo.
Aproveché una migración de pájaros silvestres para evadirme.
miércoles, 20 de julio de 2011
martes, 5 de julio de 2011
juego de personas
Cuando somos pequeños jugamos con muñecos, los vestimos, los peinamos y los cuidamos. Pero cuando los juguetes quedan guardados en un baúl y la infancia atrás, nuestros juguetes son las personas, las acariciamos, le palpamos cada tramo de su cuerpo, vacilamos con su olor y hacemos uso de palabras y movimientos determinados. Y al fin y al cabo, duele. Quizás confundamos el amor con la pasión, y lo físico con lo sentimental, pero cuando juegan contigo te da igual, al menos mientras te puedan usar. Es como el carrete de una cámara de fotos, cuando acaban sus números de disparos solo quedaran los recuerdos mezclados con un millón más. Son dos individuos con diferentes objetivos pero con la fuerza común del deseo, dos individuos: el jugador y el juguete. Y como se dice en el amor siempre pierde el que quiere más. Y cuando ya no tienes más utilidad, te tiran y nada tiene sentido, crees que a valido la pena perder, pero poco a poco el miedo se combierte en melancolía, tu orgullo araña las paredes de tu amor, mientras este se pudre en la peor de las miserias, la miseria humana. Las personas somos objetos, esclavos de la lujuria, pero sabes que no te importa por que siempre esta la esperanza de la ultima foto, de ese manoseado carrete que termina quemándose por otro nuevo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)