Aproveché una migración de pájaros silvestres para evadirme.

martes, 21 de diciembre de 2010

la meta

Realmente es irónica la capacidad de perderlo todo, de estar llena a pasar a ese sentimiento de vacío, tan vacío como pensar que todo acaba. Y vivimos los días de nuestra vida pensando que hoy todo podría acabar, que te puedes quedar solo, pero realmente tenemos pánico al cambio. Siempre estaremos en la cima de una montaña, elije bien cual quieras que sea.
La vida es algo que se apaga, el tiempo es el único que no envejece, pero debemos saber vivir, saborear el sirope que cae de cada lágrima o sonrisa. Las personas nacemos con la capacidad de ser felices, somos nosotros las que nos ponemos una meta a esa felicidad. Pero la felicidad no es la meta si no el camino que recorremos con ella por que una vez que lleguemos a la meta ¿Qué? nos sentamos solos, a contemplar como pasan las nubes o cae la lluvia, la verdadera meta en la vida es no tenerla.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Quiero más de ti


Te levantas, el sudor impregna las sabanas y sientes aún los orgasmos, la cama huele a sexo, y tu vida a jazmín. Te sientes nuevo, lleno por haber explorado cada tramo de su cuerpo, rompiste las barreras del placer, y llenaste el cuarto de amor, sus gritos eran canción de sirena, que te llevaban al desbordar de tus penas. Aún sientes en tus manos su piel suave, en tus ojos su mirada perdida y en tu boca el sabor de su vida. Solos en un mundo, solos, los dos solos. La luna os observaba con envidia y los grillos trinaban sus penas. El arrollo, hacia un ruido sordo en vuestros corazones, mientras el placer era esclavo de tus besos. El tiempo pasaba sin prisas. Sin odio, sin rencor, ni celos hacia bailar el viento a tu pelo. Sonrisas perdidas en el firmamento. Todo se tornó un instante eterno.

El cansancio os vence. Silencio. Solo se escucha la respiración entre cortada y el corazón latir. Rebosas de amor, necesitas más. Más besos, más abrazos, más de ti.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Diamba

Llegué a casa, triste y echa un mar de lágrimas y con tanto miedo, y entonces la vi, débil, tumba y con unos ojos llenitos de ayer. Apresuré a tenerla entre mis brazos, no podía verla así, mi corazón sufría le fuerte agarre del dolor. Las lágrimas brotaban de mis ojos para regar el comienzo del llanto. De vez en cuando me mirabas, con chispas de miedo, dolor y agradecimiento. Tu cabeza acurrucada en mi pierna, yo llenaba de amor todo los momentos junto a ella.

Entonces, el silencio se interrumpió, la canción Deliah comienza a impregnar con sus notas el salón. Impregno de tristeza mis oídos y entonces la miré, estaba inmóvil, su mirada perdida, estaba muerta. La ansiedad se apoderó de mi, broto mi voz temblorosa. Todos estábamos a su alrededor, intentaba respirar, volver en vida, en aquel momento te hubiera dicho tantas cosas, pero me limité a que oyeras lo mas importante, lo que sentía por ti, todo lo que te amaba. cesaste tu lucha, corría un vacío en mi estomago, todos esos momentos en que reímos juntas, que vivimos juntas, se fueron una mediodía de octubre con la habitación inundada por música triste. La tristeza era la única que gozaba aquel día, mientras cavamos tu tumba. Acariciaba tu cuerpo rígido y frío, aquel que un día era cálido y lleno de vida, te observé tanto para no olvidarte. Te vi marchar para nunca volver. Y ahí quedaste en aquella colina, bajo granados que lloraban también por tu nombre. El viento acariciaba mi pelo en forma de consuelo. Me sentía sola e impotente, el aire podía correr dentro de mi. ¡Maldita sea! nunca supiste que era ser madre, lo bello que era amar como notros te amábamos a ti.

Y así te fuiste, dejando una casa vacía, tardes llenas de recuerdo y una colina donde se quedó sellado tu nombre, donde cada tarde te tiro una piedra como si fuera un beso, donde puedo hablarte, mimarte. Pero, nunca más volverá a ser lo de antes, no podré volver a sentir el tacto de tus piel suave, la calidez de tus ojos. Quedo en mi memoria tu cuerpo rígido y quieto con la mirada perdida. Ya hace un mes de eso, y aún así ni un solo día e dejado de pensar en ti, aún sigo llorando tu ausencia. Mi hogar no es hogar si no estas tú. Aveces te busco con la mirada perdida, con esperanza de levantar de mi peor pesadilla. La muerte forma parte de la vida, y yo formé parte de ambas, y soy feliz, feliz de haberte tenido cerca durante tanto tiempo, por que, aunque hoy tu ausencia me sepa a lamento, eres lo más bello que tengo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Quebranto de la soledad

Entonces comprendí hoy que estoy sola, y muerta en mis adentros lo difícil que es amar, odiar, querer o llorar, entendí que en la vida lo más difícil es sentir, pero sin embargo vivimos de ellos, de la tristeza, de la alegría, de la melancolía y la amargura. Respiramos para resolver dudas o encontrar respuesta, madurar o simplemente volver a ser niños. Todo gira en torno a ti y tus no giras entorno a nada. Hoy, sola entendí que quererte, soñarte, dudarte es difícil, difícil al igual que acunar gaviotas, o llorar sonrisas. Yo giro entorno a una sola cosa, los sentimientos. Son difíciles conocerlos, palparlos, entenderlos, pero todos me llevan a ti, a la melancolía de no tenerte, de perderte o de conseguirte.  Hay amores que viajan y no vuelven y otros que esperan hasta que mueren, u otros que viven de tus besos. Andamos por mares y nadamos por la arena. El aburrimiento divierte y enseña, la vejez te hace apreciar la vida y la juventud saborearla. Cuando muera adivinare porque tememos a lo desconocido, nos aferramos a lo seguro y vivimos dentro de círculos pequeños. Mientras, la lluvia cae con mis lagrimas y riega mis sonrisas. No hay alegrías sin penas, no hay vida sin muerte, no hay besos sin ti. Hoy sola, realmente sola en otoño, comprendí, que amarte es difícil, soñarte es difícil y que vivir es doloroso. Hoy sola aprendí que podemos pintar en cielo del color melancolía y el mar de color carmín. Se va la tarde y el sol y escribo frases tristes para tenerte cerca, mientras tras lo cristales el amar duele, yo sola, sola conmigo, entiendo que la cebolla llora por hacer llorar, el ladrón pierde por quitar, el asesino sufre por matar, y yo, lo único que entiendo yo, es que es difícil. Tristes y caemos en el naufragio de las palabras y de las mentiras, deseamos poder volar para escapar de la tierra prometida, por que recordamos esas noche bajo la luna, donde soñábamos con tu carne desnuda y tu boca sin mentiras, es la ironía del amor sufriente de la vida.

el hombre de boina verde y abrigo gris

Aquel banco en el parque, donde un anciano impregnaba sus recuerdos el olor a infancia. Donde veía pasar sus días, sentado con su boina verde y abrigo gris. Las farolas iluminan el castigo del tiempo en su piel, pero el no se da cuenta, por que cierra los ojos y recuerda cuando corría sobre la hierba húmeda de la madrugada, cuando nada parecía imposible. Suspira, alza su cabeza hacia la luna y contempla su blanca curva, como lo senos de una mujer, blancos, suaves y llenos de locura para los hombres. Los placeres de la juventud, donde el amor se abría a él, donde las barreras del placer no tenían límites. Coge su bastón y a paso lento se acerca a la hierba y se tumba, puede volver a sentir el frío, vuelve a cerrar los ojos entregando su vida por recuerdos, las sensaciones del vivir, las cosas perdidas y las metas conseguidas, y así sueña para no volver a despertar de el plácido sueño del fin de la vida.