Aproveché una migración de pájaros silvestres para evadirme.

domingo, 29 de enero de 2012

Cogeré un tren y me iré.

Lo dejaré todo atrás, me iré por las montañas y remendaré valles. Beberé de aguas cristalinas de riveras que arrastrarán en su lecho mis lágrimas y mi tristeza. No quiero recordarte, no quiero recordar esas tierras, la calidez de ese sol, de como pronunciabas mi nombre. Olvidar los movimientos de tus manos, la dulzura de tu voz, el baile de tus labios. Cogeré un tren y marcharé lejos donde no llegue tu olor, donde desparezcan tus penas. Donde las noche faltas de calor no sean tus deleites los que me calientan, que en noches de miedo no sean tus manos las que me protejan. Me iré donde a faltas de promesas no ostentes la mentira, donde hayas muerto, donde no existas. Y llena de nuestra recíproca cordura huiré a un destino que no me conozca, que no me escuche, que me otorgue el lampar que me arrebató tu embuste.

miércoles, 25 de enero de 2012

Otro día, otra noche, otro hombre.

No, ni la maría, ni la música, ni un buen libro apartaba aquella noche de mi cabeza. No conseguía concentrarme, todo lo relacionaba con tus gemidos, tus palabras o incluso con el color de tus ojos. Aún mis sábanas olían a ti y había café en la cafetera de esta mañana, mis manos seguían notando los poros de tu piel o tu miembro prisionero de aquel pantalón. Ahora todo en calma: mi alma, la casa, mi cama. Pero aún se escuchaban las risas de aquella noche, las paredes retenían corduras que intentaron escapar. Seguía sintiendo una chispa de placer, una mancha negra que marca este papel. Tachones, líneas y palabras sin sentido adornan los muros de mi mundo por que tu lengua tornó borrosa mis versos, por que tus labios robaron mis palabras. No es amor, es solo una ola que roba de mi orilla la arena dejando turbio las huellas de mis pasos impidiendo volver. Quizás con una buena dosis de Whisky un par de porros olvide tu olor, tus voz y tu forma de hacerme tuya. Quizás solo necesite follar y este pervirtiendo mis pensamientos. Pero que más da, ya tus promesas se me antojan pesadas y aburridas, emanas ataduras y compromisos. Por muy larga que fuera la noche se fue con el día y con el día se irá este sentimiento para volver a la noche. Todo se va, porque cuando despierte no estarás ahí, porque una noche no es más que eso, ausencia de cordura y carencia de calor, no es más que el reflejo de otro hombre con la misma función.

lunes, 16 de enero de 2012

Razones para crecer.


Se enciende la luz, suena straberry fields de los beatles, a nadie le importaba como se veía la actuación desde fuera solo lo que en aquel instante se estaba produciendo dentro de nuestro corazones. Eramos uno. No actuábamos para el público si no para nosotros mismos. Fundidos en abrazos y risas silenciosas, nervios que hablaban por ellos solos, suspiros y apretones de manos, miradas y miedos, se escondían unas palabras que se morían por salir. Las luces bailaban, el letargo de los minutos corrían acalorados. Entre apagones y diálogos ahí estábamos, quince adolescentes, veinte personajes distintos, y una sola familia. Era solo un teatro, pero al comienzo no eramos más que unos desconocidos. Hoy ya no hay publico sentado en aquella sala, y las luces ya no se volverán a encenderse para nosotros. Ya se acabaron las tardes metidas en aquel pasillo, se acabaron las conversaciones absurdas para matar el tiempo, las quejas de manuela y no volverán las discusiones por las horas de los ensayos y la falta de actores. Pero siempre quedará un huequicito para esas maravillosas personas en los regazos de la Muerte, el ajedrez de Luciana, en la amistad de Santi, Cinta y Maxi, en la eterna lucha de Eloy, en la pensión de Benito y Agata, en los artículos de la periodista, las pistolas de las detectives, en las horas muertas de Poli, en la bata de color crema de la doctora, y ante todo en mi corazón, que este si es real.

Dedicado a mis compañeros de teatro, que son los campos de fresas que no quiero que acaben nunca.